martes, 15 de diciembre de 2015

Comienzo con este poema que fue y sigue siendo mi preferido. Cuando niña, podía sentir en mi corazón un sentimiento de empatía con la higuera de la poesía. Pensar que con sólo unas palabras amables es posible  brindar, aunque sea por un momento  felicidad a otro ser vivo.

La higuera

Porque es áspera y fea
porque todas sus ramas son grises
yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos
ciruelos redondos, 
limoneros rectos
y naranjos de bordes lustrosos.

En las primaveras
 todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos 
que nunca de apretados 
capullos se viste...

Por eso,
cada vez que yo paso a su lado
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
"Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto".

Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡Qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!

Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:

¡Hoy a mí me dijeron hermosa!

                   Juana de Ibarbourou

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